El
bostezo, como un mecanismo de alerta, comienza en las primeras 20 semanas
después de la concepción. Ayuda a regular los ritmos circadianos de las
criaturas recién nacidas, y esto se suma a la evidencia de que el bostezo está
involucrado en la regulación de la vigilia y el sueño. Ya que los ritmos
circadianos no se sincronizan cuando se altera el ciclo normal del sueño de una
persona, el bostezo debería ayudar a la persona que le gusta la marcha nocturna
a restablecer el reloj interno del cerebro. El bostezo también puede evitar los
efectos del desfase horario de los viajes y aliviar el malestar causado por la
gran altitud.
Pero
el bostezo no sólo te relaja – rápidamente te lleva a un estado elevado de
conciencia cognitiva. Las y los estudiantes bostezan en clase, no porque la
profesora o el profesor les aburran (aunque eso también te hará bostezar, al
intentar mantener la atención en el discurso monótono), sino porque ello libera
el cerebro de la somnolencia, lo que ayuda a poner la atención en los conceptos
e ideas importantes. Regula la conciencia y nuestro sentido del yo, y ayuda a
las personas a ser más introspectivas y auto-conscientes. Por supuesto, si una
persona se encuentra en una sala con una profesora o profesor insulso,
aburrido, monótono, bostezar le ayudará a mantenerse despierta.
Diversos
estudios recientes de escaneos cerebrales han demostrado que el bostezo provoca
una única actividad neuronal en las áreas del cerebro que están directamente
involucradas en la generación de conciencia social y la creación de
sentimientos de empatía. Una de esas áreas es el precúneo, una pequeña
estructura oculta en los pliegues del lóbulo parietal. Según los investigadores
del Instituto de Neurología de Londres, el precúneo parece
desempeñar un papel central en la conciencia, la auto-reflexión y la
recuperación de la memoria. El precúneo también es estimulado por la
respiración yóguica, que ayuda a explicar por qué las diferentes formas de
meditación contribuyen a un mayor sentido de auto-conciencia. También es una de
las zonas más afectadas por enfermedades relacionadas con la edad y problemas
de déficit de atención, así que es posible que el bostezo deliberado pueda
reforzar realmente esta parte importante del cerebro.